[COLUMNA] La Leyenda de Zizou y Gigi

TELEMMGLPICT000130824282-large_trans_NvBQzQNjv4BqP0Y3-8JIwm7rm7PZ_tnivVKbPMryhpwgaKbXwUO5bIU

Gianluigi Buffon en su tercera final perdida de Champions League – Crédito: Reuters.

Tan sólo 17 meses le han bastado a Zinedine Zidane para devolver al Real Madrid a su sitial histórico de mejor equipo del mundo. Llegó a mitad de temporada, en enero de 2016, para reemplazar al despedido Rafa Benítez, con la presión infinita de entrenar al club más poderoso del mundo en su primerísimo trabajo como DT. Antes sólo había entrenado juveniles y sido asistente de Carlo Ancelotti, pero ya hemos visto antes que dar el salto de segundo entrenador a cabeza del cuerpo técnico no significa tener éxito y menos de manera rápida.

Zizou rompía el molde como jugador y ahora como técnico. En menos de un año y medio consiguió dos títulos de Champions League, un Mundial de Clubes, una Supercopa europea y una liga de España que no se ganaba desde el título de Mourinho en la temporada 2011/12. Aún así, hay comentaristas y entrenadores de Twitter que, con el teléfono enterrado en su panza, se atreven a decir que Zidane no tiene mérito, porque “con ese plantel, cualquiera”. Por si lo anterior no bastara, el bicampeonato de Europa es un logro que tomó 27 años en repetirse, desde el AC Milan en 1990, y 57 años desde la última vez que Real Madrid obtuvo copas europeas consecutivas: cinco de un viaje entre 1956 y 1960. No es suerte ni casualidad, no. Menos aún cuando Cristiano Ronaldo lo elogia públicamente diciendo que Zizou se ha ganado al camarín inspirando respeto y comportándose con una sobriedad que no es necesariamente posesión de todos los que, antes de ser técnicos, han sido leyenda en la cancha.

Zidane UCL

Zidane: Cinco títulos en 17 meses como DT del Real Madrid – Crédito: @ChampionsLeague Twitter.

Y si hablamos de leyendas, tengo que dedicarle unas líneas a Gianluigi Buffon. A los 39 años, el icónico arquero de la Juventus, multicampeón de Serie A y campeón del mundo con Italia, no ha podido ganar una final de Champions y eso, al borde de su retiro, es un peso que no sabe si podrá quitarse del pecho. La del sábado fue su tercera final perdida, pero su deportividad nos conmovió a todos los que hubiéramos deseado ver a la Juve campeón sólo por él. Su saludo a los vencedores y la aceptación de su medalla de plata sin berrinches, aún cuando su rostro expresaba tanta desilusión, debieran ser un espejo para todos.

Buffon anunció que jugará un año más para intentar obtener su Champions pendiente, pero aún si se retirara sin ganarla –como le ha pasado a varios otros a su altura- absolutamente nada ni nadie le quitará su status de leyenda y menos su ejemplo de dignidad.

[**Columna publicada este lunes 5 de junio de 2017 en Medios Regionales de El Mercurio.]

Advertisement