[ENTREVISTA en Puro Periodismo] Mi Testimonio: Machismo Que Cansa, Pero No Derrota

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Crédito Fotógrafo: Pablo Baeza – puroperiodismo.cl

Me demoré en replicar esta entrevista realizada por el periodista Marcelo Salazar, a fines de 2016, para puroperiodismo.cl, la revista digital de la Escuela de Periodismo de la Universidad Alberto Hurtado. Basados en un estudio de la Women’s Sports and Fitness Foundation, ellos tuvieron la gran idea de hacer un ciclo sobre la temática del machismo en el periodismo deportivo, entrevistando a varias mujeres involucradas en este ámbito hasta ese momento.

Admito que en un momento tuve miedo de ser demasiado dura y más aún de difundir la entrevista, pero es brutal que el miedo sea uno de los efectos de este machismo que, aunque a veces parece avanzar y mejorar un poquitito, sólo se ha mantenido e incluso  empeorado en el último tiempo, sobretodo en Chile, con la exclusión total de mujeres en paneles deportivos, especialmente de radio y televisión. Vean uds. por ejemplo las fotos y promociones de los canales de TV para Copa Confederaciones aquí en Chile. Ninguna mujer. Ya ni siquiera de adorno. Menos pensar en una comentarista. Ninguna. Y a nivel general, sólo puedo pensar en este momento que Radio La Clave tiene a Grace Lazcano comentando, pero nadie más. En otros medios, a lo sumo se ven algunas reporteras y/o conductoras, que usualmente son jóvenes y están recién partiendo, haciéndolas ejercer varias funciones por poco dinero (comparado con sus pares masculinos), ofreciéndoles pantalla como parte de pago, pero siempre asegurándose de que nunca tengan el mismo nivel o status de un hombre. Ni en sueldo, ni en conocimiento ni en oportunidades. Que ojalá sea adorno, que ojalá no sea capaz de aportar valor agregado en conocimiento sin leer un papel o un teleprompter, y que no se le ocurra tener capacidad de argumentar o debatir para que no empiece a pedir más protagonismo o más sueldo.

Como digo en la entrevista, nos contratan por lo general sólo para llenar una cuota, pero no porque tengan la convicción de que una mujer realmente puede opinar y comentar en un panel a la misma altura que los hombres. Y si aparece una que sabe y que tiene una carrera y una historia alrededor del fútbol, como en mi caso, “pongámosle la mano en la cabeza haciendo fuerza hacia abajo. Que no nos llegue a la misma altura, que no suba a nuestro escalón”. Igual puedo decir y agradecer que TVN me dio -aunque limitada- la oportunidad de comentar, debatir, conducir y opinar libremente, mostrando mis conocimientos pero, al mismo tiempo, haciéndome sentir siempre el hilo más delgado, siendo siempre la que se quedaba en el estudio cuando todos los demás viajaban a cubrir los eventos, la que era útil para reemplazos y emergencias, la que apagaba incendios, a la que no acreditaron ni siquiera para Copa América 2015, cuando hasta el gato tenía credencial, a la que bajaban de su día de comentario cuando jugaba Chile, porque ese análisis tenían que hacerlo los hombres. Simplemente no me dejaron crecer más.

Aún así, fui la primera y única mujer en comentar fútbol, opinando y presentando goles en horario estelar en televisión abierta, en 24 Horas Central. Inédito en la televisión chilena. La primera y única que ha presentado los goles de la fecha junto a periodistas consagrados y también sola, absolutamente sola. Y siendo aquello una disrupción tremenda en su momento (con todo el apoyo, las felicitaciones, el odio y la envidia recibidos en su momento), jamás los otros canales de TV se la jugaron por tratar de igualar aquella apuesta. Por último, por polemizar. Ningún editor trató de competir con ese valor agregado que durante esos años ofreció TVN. Nunca. Después de mi salida de TVN, de la que preferí no hablar como hacen otros cuando salen de un medio, a veces jugando un poco a la víctima (cada uno hace lo que le parezca), sólo vi cómo en otros canales como Fox Sports también dejaban ir o despedían a otras conductoras o periodistas (independiente de si tenían conocimientos o de cuán bien hicieran su trabajo o no) y no las reemplazaron jamás. Ahora Fox ya no tiene mujeres conduciendo Central Fox y las que aparecen como panelistas en otros programas están más bien relacionadas con el mundo de la entretención, pero no porque sean eruditas en fútbol o porque hayan dedicado su carrera a este deporte. Su aporte es decorativo, para los ojos masculinos, y entretenido, pero no se basa en conocimiento. Y en Mega, Canal 13 o Chilevisión, ni eso. TVN ya no, tampoco. Lo mismo en el El Deportivo de La Tercera o el panel de Al Aire Libre en Cooperativa o el panel central de Los Tenores en ADN. Son todos hombres. Y así suma y sigue, sólo por dar algunos ejemplos. Dentro de la serie de Puro Periodismo, concuerdo 100% con las declaraciones de Grace Lazcano, acusando este mismo problema.

A mí me bajaron en un momento de un proyecto en un canal de cable deportivo porque necesitaban a alguien que “hable menos y muestre más. Tu perfil es otro. Tu estás para conducir el noticiero“. Les podría mostrar el email textual. Querían que leyera Twitter y casi que sirviera mate, como la niña que cumplía la misma función en la versión argentina, y cuando les dije que yo iba a opinar y comentar tal como lo hacía en mi noticiero (24 Horas Deportes, en ese momento), les cambió la cara y luego nunca más supe, hasta que tuve que preguntar qué pasaba. Igualmente agradezco muchísimo que tuvieran claro que yo no tenía ese perfil, pero lo indignante es que ese fuera el rol que quisieran de una mujer.

Parece que lo único que puede hacer una mujer en un programa futbolístico de análisis y opinión es leer Twitter, mostrar el cuerpo, presentar contenido intrascendente o ir a los entrenamientos y a los partidos para sacarle alguna gracia simpática a hinchas y jugadores. ¿En serio? Y más encima las acreditan para mandarlas a mundiales o Champions simplemente a payasear.

Lo que me parece inaceptable e insostenible es que le den trabajo en medios o programas deportivos a mujeres a las que sólo contratan por su físico, porque tienen experiencia en la industria de la entretención, porque son o fueron modelos, bailarinas en programas juveniles, o conocidas por cualquier otra cosa, pero que realmente no tienen nada que ver con el periodismo deportivo. Eso pasa aquí en Chile y en el resto del mercado de habla hispana. Pero cuando se trata de hombres, son todos periodistas o exfutbolistas, y no importa cuán feos, viejos o gordos sean. Son hombres. Hay algunos lindos, sí, pero me sobran dedos de una mano para contarlos aunque al menos sí tienen una trayectoria reconocida y conocimientos para hablar de fútbol. La apariencia, claramente, no es el patrón que se sigue para darles trabajo.

Estoy harta de que los medios contraten para funciones de periodistas deportivas a mujeres que sin duda tienen talentos para muchas otras cosas en el ámbito de las comunicaciones, desarrollo humano o entretención, pero que, como mucho, saben que la pelota es redonda. Que solamente una vez que son contratadas y empiezan a ejercer su labor, comienzan a aprender del tema, porque en el mismo medio les hacen una capacitación express de la pelotita. O que recién una vez trabajando, empiezan a estudiar periodismo, como para que nadie les reclame que ese no es su lugar. Y la verdad, ellas no tienen la culpa. Como dije, son los medios, los editores y directores (siempre hombres) los que toman las decisiones. Ellas no son tontas. Si les ofrecen aparecer en la tele, hacerse un poco famosas y más encima les pagan (quizás no tanto como a un hombre, pero igual un sueldo mayor al promedio) pues es obvio que van a aceptar la oportunidad. Eso es lo que todos haríamos.

Pero ¿cuándo se ha visto que se contrate a UN bailarín, o modelo o psicólogo o exchicoreality, qué se yo, para conducir o participar en un noticiero o programa deportivo, sin más experiencia previa en el tema que haber visto fútbol por TV con la familia, que no tenga conocimiento profesional de la materia y que solamente cuando comienza a realizar el trabajo se ponga a estudiar periodismo o le tengan que dar clases de fútbol? NUNCA. No se ven esos casos con hombres, siempre es con mujeres. Y no es algo recurrente en ninguna otra profesión tampoco. Creo. No me imagino a una empresa de construcción o ingeniería contratando, por ejemplo, a una bella vendedora de seguros (por decir cualquier trabajo), que no tenga estudios ni experiencia previa en construcción o ingeniería, excepto porque sabe reconocer un edificio de una casa. Es un ejemplo exagerado, pero válido para graficar mi punto. Eso sólo pasa en el periodismo deportivo. Y es insultante.

Los editores deportivos contratan a mujeres que seguro tienen talento para hacer muchas otras labores, pero no la de una periodista deportiva. Nosotras tenemos que ver cómo, una y otra vez, nuestros puestos de trabajo son ocupados por mujeres cuya presencia tiene la sola intención de cumplir un rol estético para quienes las contratan. Insisto, no es que sean tontas ni que no tengan talento. Simplemente sus capacidades van por otro lado. Pero los hombres que deciden -porque siempre son hombres, pues no hay mujeres en puestos de toma de decisiones en este ámbito- sólo las quieren para llenar cuotas y/o recrear su propia vista en sus oficinas y la de su público.

Ahora, también hay mujeres que, siendo periodistas, llegan al periodismo deportivo por casualidad. Llegan a un medio haciendo la práctica y se quedan en ese campo no porque haya sido su sueño, ni porque les apasione, sino porque se dan cuenta de que su físico llama la atención, se hacen conscientes de aquello, las contratan por esa razón y lo aprovechan. Y al final hacen su carrera como “periodistas deportivas”, sobretodo en TV, porque están dispuestas a mostrar, porque están dispuestas al escote, al peto, a la transparencia, a la minifalda, como base de su presencia, o al payaseo en los móviles y notas, justamente para distraer la atención de su falta de conocimiento. A algunas de ellas tampoco les importa involucrarse con futbolistas. Peor aún, hay editores que saben eso y lo avalan, protegiéndolas dentro del medio en que trabajan, porque así tienen más acceso a jugadores, quienes mágicamente les dan a ellas las entrevistas que a otros medios les niegan. Todo lo aprovechan para posicionarse. Son lindas (y a veces ni tanto), son jóvenes y saben que están ahí por eso, pero ¿qué pasará cuando los años avancen? No habrá manera de esconder que son un container de todos los lugares comunes y frases hechas del fútbol, fácilmente repetibles, y que sin ese “cassette”, un libreto o el teleprompter, simplemente no tendrían mucho que decir.

Estas periodistas conducen noticieros deportivos o son enviadas a torneos internacionales sólo por un tema estético, con “conocimientos” de 1 centímetro de profundidad (porque es fácil memorizarse los titulares del día) que, con “bla bla” y personalidad, les sirve para aparentar que algo saben de fútbol en la contigencia inmediata, pero con nula capacidad de análisis o de opinión porque simplemente carecen de los conocimientos necesarios -e incluso el vocabulario- para crear el contexto que otorga la profundidad al analizar. Las mandan como enviadas especiales a cubrir torneos importantes y se aparecen en zona mixta y en los despachos con peto, colocando el micrófono, aprovechándose de las preguntas que hacen los demás, sin ellas preguntar ni una sola vez y abriendo la boca sólo para pedirle a los jugadores que por favor les digan que sí, que van a ganar la copa disputada de turno. Y por supuesto, el infaltable payaseo en los alrededores del estadio con los hinchas y el merchandising.

El dicho es sabio: “Dios le da pan a quien no tiene dientes”.

Hace un tiempo en un webshow, le preguntaban a una de ellas como invitada si le gustaba el dúo Castañeda-Musrri en la banca de la “U”. Dijo que no, porque “es que no me gustan las duplas”. Pero ¿razones de peso para justificar esa respuesta? Ninguna. Cero capacidad de análisis o de argumentación. Y en estos días escuchaba a otra periodista “deportiva” entrevistando a un seleccionado chileno en vísperas de Copa Confederaciones: “¿Cómo llegan a la Copa?” “¿Qué les parece el apoyo de la hinchada que viaja para apoyarlos?” … ¿En serio? Otra vez, no es culpa de ellas. Está claro que tienen talentos en otros ámbitos, porque todos tenemos diversos talentos, pero para hablar de fútbol más allá de contingencia informativa -que es fácilmente memorizable y repetible- son simplemente limitadas y mediocres. El resto no importa. Pero eso es justamente lo que quieren los editores que las contratan.

Tengo amigos y excompañeros que trabajan o han trabajado en cadenas deportivas, sin poder alguno de decisión al contratar, y que, hablando de su experiencia al tener que conducir o hacer móviles al lado de este tipo de “periodistas deportivas”, han sido durísimos, calificándolas hasta de “burras”, porque mientras corre la nota o están en comerciales, ellas les preguntan las cosas más insólitas desde dónde juega tal futbolista hasta quién es tal jugador. Eso tampoco es justo porque, en contraste, a ellos nadie los contrataría si fueran así de ignorantes y también resienten que gente poco preparada esté ocupando el lugar de quienes sí lo están.

Pero, una vez más, ellas no tienen la culpa, sino quienes las contratan bajo ese criterio, porque simplemente no están interesados en que una mujer en estos roles sea algo más que un adorno o un anzuelo visual. Este tipo de representación femenina en programas o noticieros deportivos seguirá siendo el cáncer de nuestra profesión hasta que quienes tienen el poder de decisión al armar equipos cambien su mentalidad y comiencen a contratar por méritos de conocimiento y excelencia periodística, en vez del físico.

Otra muralla que hay que enfrentar es que cuando UN periodista deportivo se queda sin trabajo, al mes ya está instalado en otro medio deportivo fácilmente, porque siempre están los amigotes o los compadres jefes para ponerlos ahí. Se contratan entre ellos, todo el tiempo. Cuando nosotras nos quedamos sin trabajo, sobretodo si una domina el tema, no nos llaman, no nos ofrecen trabajo, no nos permiten avanzar, a menos que estemos dispuestas a mostrar el cuerpo, aceptar estar pintadas en la pared y quedarnos calladas o retroceder en el puesto y sueldo que solíamos tener. Y así se nos coarta hasta el derecho de trabajar en lo que amamos, forzándonos a cambiar de giro muchas veces para poder mantenernos vigentes y ganarnos la vida.

Yo me he resistido a eso. El machismo me cansa, pero no me derrota. Y sé que lo que reclamo es justo y que soy buena en lo que hago, porque es desde afuera donde me llega el reconocimiento y me piden colaborar, en medios extranjeros y países donde UNA periodista deportiva puede ser llamada “experta en fútbol” o “comentarista”, sin cuestionamientos ni dudas, porque es lo más normal del mundo. Por ejemplo, CNN tiene a la muy sobria y sólida Amanda Davis como presentadora de World Sport. Y van más allá: Tienen a Mina Rzouki, a la que presentan como Analista de Fútbol Internacional y la llevan al estudio cada vez que hay que comentar resultados de Champions League o fútbol europeo en general. Su conocimiento es evidente, su análisis articulado, mejor que el de muchos hombres. Pero en realidad, su género no es tema para esos medios ni su público. Simplemente hay una conciencia igualitaria más desarrollada. Por eso siempre estaré agradecida de ESPN Deportes en USA, o de medios ingleses como The Guardian, la BBC y el Daily Mirror, entre varios otros, por darme esa consideración y respeto que una merece cuando una es buena en su pega.

La única diferencia que veo a nivel latino es el trato e importancia que le da Fox Sports México a Marion Reimers, una periodista deportiva de primerísimo nivel, de las pocas a las que considero una par, llena de talento, seriedad, profesionalismo y una belleza que ella no usa para llamar la atención por sobre su conocimiento. Me doy cuenta que (a diferencia de lo que ve en sus canales del cono sur) Fox honra su capacidad dándole toda clase de oportunidades ultra merecidas, a la par de un hombre. Al menos eso es lo que se aprecia desde afuera, como excepción a la regla y lo encuentro genial. Siento que su caso es el mejor ejemplo de cómo se debiera elegir y tratar a las mujeres en el periodismo deportivo.

Probablemente a muchos hombres, colegas y editores o no, les caerá pésimo leer todo esto, y hasta capaz que me cierre puertas (aún más), pero ¿saben qué? si reaccionan, se delatan solos, demostrando que ellos tienen el problema. Este es mi blog, es mi medio y estoy denunciando una realidad tan grande como una montaña.

Yo pensé que había sido dura, pero cuando leo los testimonios de las otras colegas en la misma serie de la UAH, veo que han sido más duras aún para exponer todo lo que soportamos y nos rodea en el horriblemente machista ambiente del periodismo deportivo chileno e iberoamericano en general. Y básicamente todas denunciamos y reclamamos más o menos los mismos horrores.

Es contradictoriamente reconfortante saber que no estoy sola en el sentir, aunque es desolador ver cómo en ciertos aspectos se ha mantenido el status quo y hasta se ha empeorado. Más retrógrado aún es que “ellos” lo saben y se hacen los lesos.

Los dejo con la entrevista, donde ahondo en el tema con otros matices, y con esta serie de Puro Periodismo, la revista digital de la UAH. Les recomiendo leer todas las entrevistas. ¡Gracias!

http://www.puroperiodismo.cl/?p=27828

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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